Cuando empezaba a desarrollarse el subsector eléctrico de Guatemala nació la Asociación de Generadores con Energía Renovables (AGER). La entidad se conformó por un grupo de inversionistas que consideró el potencial que se abrió para el país con la Ley General de Electricidad, aprobada en 1996.
Esa regulación permitió que Guatemala desarrollara su capacidad de generación de energías no renovables y sigue marcando el rumbo del país hacia un mercado competitivo y con una fortaleza jurídica que garantiza los millones de dólares invertidos para impulsar la industria y las actividades diarias de los ciudadanos.